lunes, 20 de octubre de 2008

Carta Para "UN AMIGO"

Cómo olvidar cuándo. Cómo no recordar dónde. Imposible ausentarte de mi alma, de mi mente. Comprendí que te habías vuelto en una "necesidad" demasiado tarde.
Te recuerdo sonriendo, y a mi, haciéndote reir, y como a toda tarada, me hacías FELIZ. Empecé a mirarte desde otro punto de vista cuando ya no quedaba tiempo para nada.
Para que sepas, mantengo muchos recuerdos vívidos en mí. Rescato muchos de tus ABRAZOS, TODOS tus mensajes, algunas de nuestras conversaciones, descarto algunos desencuentros, y ame todas las veces que nos vimos. Los mensajitos y las transnoches hablando con vos mientras te sentías mal por tu entonces reciente operación. Hemos tenido unas cuantas charlas sobre chicas y chicos. Me acuerdo de los celos que sentí, de tus posteos que los erradicaban y tus lindísimas firmas que me sonrojaban, ponían contenta y obviamente, hacían reir. Me importabas mas de lo que debería ¿Se nota?
¿Encontrabas algo en mí? He llorado un océano por vos, cuando me contabas tus problemas y cuando me ponía triste pensar en la imposibilidad de tenerte para mi sola. Tengo quincemil lineas escritas sobre tu sonrisa, que aún anda dando vueltas por mi cabeza. Al igual que todas las demás cosas, por las que debería odiarte, sentir repulsión hacia vos, rechazo. Y duele pensar que con toda la rabia del mundo te quiero, y te extraño muchísimo. Y no me voy a poder olvidar de los buenos momentos, porque superan en número a los malos. Y en cambio, en tu cabecita todo es distinto, porque sos olvidadizo, y aunque el señor diga "yo no me olvido de las personas" creo que te diste vuelta y te olvidaste de mi existencia. No quiero victimizarme, pero en verdad lo veo así. Es como si hubiera habido un corto circuito en tu cabeza y hubieras perdido completamente la memoria. Que nuestros recuerdos sean una cosa borrosa más en tu vida que ni te interesa recordar. Desde afuera, parece eso, como si todo hubiera sido mentira.
Y ahora que te veo desde otro punto de vista, pienso en cómo carajo me enamoré de vos. Ahora sos un chico famoso, popular, el que todas quieren para su mesita de luz. Y vos, con tu novia, la que en un momento buscaste con tanta desesperación, mientras yo con todas mis fuerzas y buenas intenciones te respaldaba y ayudaba. Dios, eras tan normal, tan vulgar, pero a la vez, eras y significabas TANTO.
Te tenía adelante mío, estabas ahí. Te definiría como una persona fuerte e impredecible. Tus lágrimas fueron inesperadas, como desastres naturales, que irrumpieron en un momento cualquiera. Me rompieron el corazón, pero no me animé a confesártelo.
Era cuestión de tiempo hasta que me cambiaras, me rotaras. Te buscaras "algo mejor". Ahora ni siquiera un saludo, un "hola, ¿qué tal?", un beso en el cachete, una sonrisa, NADA. Puedo apostar a que si leyeras esto, ni siquiera te sentirías identificado.
Antes los dos perdíamos más de lo que ganábamos en la vida. Y ahora, nada que ver. Vos ganaste cosas como fama, amigos, seguidores. Algo inigualable, con lo que soñaste, lo que deseaste tu vida entera. Te veo felíz, si, obvio. Y yo también lo estoy por vos, quiero que lo sepas.
No te confesé nunca mi miedo más profundo y es a la memoria. A que la gente se olvide de mi o que yo me olvide de la gente. Le tengo pánico a envejecer y no recordar mi adolesencia, algún detalle lindo que me haya definido, como lo sos vos, por ejemplo. Pero en tu personalidad se define perfectamente el adjetivo: OLVIDADIZO. Y por eso tengo miedo de que te hayas olvidado de mí. Muchísimo. ¿Yo? Bueno, yo sigo perdiendo. Te perdí a vos. Perdí cosas que amaba con todo mi ser, algunas amigas que se fueron distanciando, pero dudo que esto se trate de ello.
Quiero decirte, también, que si hay algo que tengo en mi memoria, bien grabados son tu cara, tus ojos, tus cejas, tus labios, tu nariz, tu pelo. Agregándole un adjetivo a cada una de tus facciones podría estar un año más, pero voy a ir terminando con esto.
Gracias. Sinceramente. Por dejarme conocer un lado tuyo que no todos conocen. Por permitirme ser tu AMIGA y tenerme confianza. Por llamarme cuando algo te inquietaba o mandarme mensajes para hacerme reir. Por tu sarcasmo que me volvía loca, al igual que tu hipotética "baja autoestima". Por dejarme ver a través de tu lado frio, terco, solitario, amargo, que al final resultó ser todo lo contrario. Gracias por significar tanto. Y si te prometo algo, es que NUNCA, pero NUNCA te voy a olvidar.

1 comentario: