domingo, 25 de marzo de 2012

Parte I

Se conocieron hace mas o menos un mes de la manera mas típica que existe. La más pelotuda, también. Se vieron por primera vez porque su amiga le dijo "Te voy a presentar al mejor amigo de mi novio". Sinceramente, ella jamás pensó que iba a formar parte de una de esas reuniones, siempre las había visto como algo sumamente desagradable y poco posible.
Para ella, iba a ser una noche de domingo como cualquier otra. No estaba nerviosa ni preocupada, estaba muy segura de que el flaco no la iba a atraer porque no estaba para esas cosas. Pero no. La cuestión es que en el momento en que lo vio, nada fue igual que antes. Todos sus pensamientos e ideas cambiaron con la necesidad de un simple instante. El tipo era lindo, tenía un buen cuerpo, se vestía bien y tenía una sonrisa que iluminaba toda la habitación. No lo podía creer. ¿Cómo le podía estar pasando esto, ahora? No era el momento, no era el lugar. La sonrisa y la mirada: sinceras, eran su debilidad.
Esa noche avanzó de una manera poco normal, con peleas de por medio y la timidez hablando fuerte. Pero encontraron la manera, claro que lo hicieron. Sí, estuvieron juntos. Fumaron un cigarrillo, charlaron de la vida y se fueron a dormir. Lo último que ella se iba a imaginar era que él la iba a abrazar e incluso besar, pero nuevamente se equivocó. La besó suavemente, la abrazó por la cintura y se quedó dormido.
Al día siguiente se despertó en brazos de un hombre con el que jamás pensó que tendría posibilidad, pero se sintió feliz de estar allí.

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